29 mayo 2011

El estado de conservación de la biodiversidad sigue empeorando a pesar de todo el barullo mediático, ¿qué pasa? (Entre los medios de comunicación y la objetividad científica 3)

Es claro que la situación de nuestro planeta no ha mejorado y por el contrario sigue empeorando, incluso a pesar de la gran exposición mediática. Una posible respuesta, podría ser que básicamente a los humanos no nos interesa lo que le pase al planeta. Podríamos pensar que el egoísmo humano ha superado todo parámetro lógico y no nos importa nada excepto lograr objetivos cortoplacistas, independientemente de si en el camino condenamos nuestra propia existencia. Sin embargo, y confiriendo el beneficio de la duda a los humanos, creo que hay una explicación más fuerte: Las personas no hemos tomado conciencia de la magnitud de los problemas ambientales porque existen graves fallas en la comunicación. Las personas siguen sin entender la importancia de la biodiversidad porque no es explicada adecuadamente y con la potencia necesaria. Puede que existan seres humanos que entren de plano en la primera opción del egoísmo, pero creo que la población humana en general no ha cambiado sus actitudes porque sigue sin internalizar que los humanos somos solo una parte de la biodiversidad de este planeta y dependemos enteramente de ella.

Las razones para las fallas de información y comunicación son múltiples y sinérgicas. El flujo del conocimiento se ve obstaculizado por barreras biológicas, psicológicas, socioculturales, logísticas, tecnológicas, contextuales y temporales. Estas barreras producen problemas no solo con los medios de comunicación que transmiten la información; sino también con los científicos que deberían generar y compartir la información, y con el público que recibe e interpreta las noticias:


¿POR QUÉ FALLA LA INFORMACIÓN Y COMUNICACIÓN?

  • Los humanos solo percibimos al mundo parcialmente.



  • Los humanos percibimos e interpretamos la realidad con errores y sesgos



  • Las actividades humanas parecen pequeñas e inocuas en comparación con los cambios que el planeta ha sufrido a lo largo de su historia. ¡Pero no lo son!



  • La exposición mediática no llega a todos los humanos por igual



  • Nuestro conocimiento científico sobre la biodiversidad es incompleto



  • Los temas científicos son la comida chatarra de los medios de comunicación



  • Los científicos no se involucran en la comunicación y no explican al público en términos claros y aplicables ¿por qué conservar la biodiversidad?


  • Aquí hablaré de las cuatro primeras razones (sobre las restantes hablaré en la siguiente entrada de este blog):

    Los humanos solo percibimos al mundo parcialmente

    Esto es innato, inconsciente e involuntario, no se relaciona con ningún tipo de invalidez o problema psicológico y le ocurre a todos los seres humanos. Nuestro cerebro, a pesar de su maravillosa red de conexiones neuronales, no es perfecto y tiene limitaciones orgánicas. El cerebro obtiene información parcializada, la cual percibe por medio de los diferentes sentidos. Los cinco sentidos humanos (vista, oído, olfato, tacto y gusto) tienen limitaciones y no detectan todas las señales a nuestro alrededor. Por ejemplo; de todo el espectro de ondas de luz (que abarca longitudes entre 10-15 y 107 m), los humanos solo podemos ver una pequeña fracción entre 3,8 x 10-7 y 7 x 10-7 m (= 380–700 nm). De igual forma, los humanos solo escuchamos una fracción del rango total de frecuencias sonoras, entre 20 y 20000 Hz.

    La ilusión de Zollner muestra líneas diagonales
    que parecen convergentes o divergentes,
    pero que en realidad son paralelas. Autor: Fibonacci
    Los humanos percibimos e interpretamos la realidad con errores y sesgos

    Existen muchos fenómenos cerebrales y prejuicios cognitivos que pueden afectar la forma como los humanos percibimos nuestro mundo. Por ejemplo, las ilusiones ópticas son errores en la percepción cerebral de la realidad que se ocasionan por sobre-estimulación de los sentidos o por la producción de inferencias inconscientes.

    El cerebro puede verse engañado por estímulos que a pesar de ser vagos y aleatorios son percibidos como reconocibles y que forman patrones significativos o conexiones, este fenómeno psicológico es conocido como apofenia. Las creencias pueden alterar las observaciones y llevar a las personas a ver cosas que refuerzan sus creencias, incluso si otros observadores no encuentran evidencia de ello, un sesgo llamado sesgo de la creencia. Las personas preferimos, incluso de manera inconsciente, los beneficios inmediatos en lugar de beneficios que toman más tiempo en ser obtenidos (fenómeno conocido como descuento hiperbólico; Shane et al. 2002), y nos despreocupamos de las consecuencias de nuestras acciones porque asumimos que la conservación de la naturaleza es la responsabilidad de agentes externos como el gobierno o “dios” (sesgo de la responsabilidad externa). Es común que las personas pensemos que nuestras actitudes, valores y creencias están extendidos en toda la sociedad y justificamos nuestras acciones porque “todos lo hacen” (“todos botan basura”, “todos cortan los árboles”, “todos matan animales”; actitud parte del sesgo del falso consenso). Estos sesgos y errores afectan a científicos, comunicadores y público. (Más información sobre estos temas puede encontrarse en Zusne y Jones (1989) Anomalistic Psychology: A Study of Magical Thinking. 2ª Edición. Lawrence Erlbaum Associates, Hillsdale, New Jersey, EE.UU; Gilovich (2009) Convencidos, pero equivocados. Milrazones, Barcelona, España; y en las páginas web del Anomalistic Psychology Research Unit, University of London y de su coordinador, Christopher French)

    Las actividades humanas parecen pequeñas e inocuas en comparación con los cambios que el planeta ha sufrido a lo largo de su historia. ¡pero no lo son!

    La Tierra se formó hace unos 4,5 mil millones de años atrás, e imponentes procesos astronómicos y geológicos han provocado cambios que van desde la unión y separación de continentes hasta el paso por eras glaciares. Frente a esos procesos, las actividades humanas podrían concebirse insignificantes, sin embargo, todo se debe analizar en contexto y perspectiva. Los humanos, gracias a los múltiples avances tecnológicos, hemos cambiado la forma como nos enfrentamos al mundo. La velocidad de las interacciones se ha acelerado (nos transportamos más rápido, construimos megaestructuras en tiempos record, podemos comunicarnos inter-continentalmente en tiempo real). Los cambios han pasado de ser cuestión de crones (un cron = un millón de años), milenios o siglos a ser evaluados en días, horas o minutos. Nuestras actividades son de alto impacto porque provocan grandes cambios en períodos de tiempo muy corto. En cuestión de horas, los humanos hemos transformado bosques en pastizales y en algo más de un año podemos provocar la extinción de una especie (Galbreath y Brown 2004. The tale of the lighthouse-keeper’s cat: Discovery and extinction of the Stephens Island wren (Traversia lyalli). Notornis 51(4): 193–200).

    La exposición mediática no llega a todos los humanos por igual

    Las diferencias socio-económicas generan variación en el acceso de las personas a la información, en cómo reciben las noticias, cómo las interpretan y qué grado de importancia les dan (Viswanath y Kreuter 2007). Solo una proporción de la población humana tiene acceso a los servicios básicos y vive en la era digital. De las 7 mil millones de personas que habitan el planeta, 1,7 mil millones viven en la pobreza absoluta, es decir que carecen de acceso a las humanas básicas (agua limpia, nutrición, cuidados médicos, educación, vestimenta y vivienda) (Haughton y Khandker 2009) y solo el 24% de los humanos tienen acceso a internet (CIA 2009). Además, la mayor parte de información sobre la biodiversidad y su conservación se produce y transmite en inglés, aunque la mayoría de países megadiversos no hablan ese idioma (Brooks et al 2006). La pobreza y la destrucción de la biodiversidad están relacionadas y vinculadas en un círculo vicioso, por lo que fueron consideradas temas de vital importancia en la Declaración del Milenio y sus Objetivos de Desarrollo (Ash y Jenkins 2007). Es necesario que se identifiquen estas diferencias y se utilicen las herramientas y los métodos más óptimos de comunicación para maximizar la recepción de la información a lo largo de diferentes gradientes socio-económicos.

    ----------o----------

    El texto de esta entrada fue publicado en el artículo: Cisneros-Heredia, D.F. (2010) Entre los medios de comunicación y la objetividad científica: Un tortuoso camino para la conservación de la biodiversidad. Polemika 2(5): 22-33. La revista Polemika es una publicación periódica editada por el Instituto de Economía de la Universidad San Francisco de Quito USFQ.

    26 mayo 2011

    En los últimos 10 años, el estado de nuestro planeta ha empeorado (Entre los medios de comunicación y la objetividad científica II)

    Estrategias de conservación de la biodiversidad y de comunicación ambiental se han vuelto cada vez más comunes desde finales del siglo 19. A pesar de todo este "boom", la mayor parte de personas siguen sin saber cuál es la importancia de la biodiversidad para nuestras vidas y no entendemos que la destrucción de la biodiversidad es el camino más seguro para condenar a la humanidad a la extinción. Las personas no hemos tomado verdadera conciencia sobre el valor de la vida y la magnitud de los problemas ambientales que hemos causado. Aquí algunos datos de lo que ha sucedido en los últimos 10 años, la primera década del siglo XXI:


    Cerca de 13 millones de hectáreas de bosques en todo el planeta se han destruido
    Deforestación en la Amazonía
    Foto por Threat to Democracy disponible en Flickr
    La pérdida neta anual de bosques entre los años 2000 y 2010 es equivalente a un área de tamaño similar a Costa Rica. América tropical, África y el sudeste de Asia tienen la mayor pérdida de bosques. Ecuador ha perdido más de 50 mil hectáreas por año en ese período y países como Brasil, Venezuela, Bolivia, Nigeria, Indonesia o Myanmar han perdido entre 250 mil hasta más de 500 mil hectáreas de bosques por año. Todos estos países se encuentran entre los más biodiversos del planeta (para más información, leer el informe FAO. 2010. Evaluación de los recursos forestales mundiales – informe principal. Estudio FAO Montes 163. Roma, Italia).


    17934 especies de seres vivos están en peligro de extinción y al menos 14 animales y plantas se han declarado extintos entre 2000 y 2010 (número que se incrementaría a 25 si se suman las especies que ahora son consideradas como “posiblemente extintas”)
    Gorila, especie en grave peligro de extinción. Foto por Pierre Fidenci
    Entre 2007 y 2010, el estado de conservación de más de 200 especies ha empeorado, pasando a estar más amenazadas. En ese mismo período, solo 43 especies han mejorado su estado y están menos amenazadas (CSE–IUCN 2008; IUCN 2010). En total, hoy en día el 34% de las especies se encuentran amenazadas por la extinción. En los últimos 500 años, 706 especies de animales y 85 especies de plantas se han extinto, mientras que 63 especies de plantas y animales han desaparecido de la naturaleza y hoy en día solo sobreviven en jardines botánicos y zoológicos. La mayor parte de las especies que se han extinto o que están peligro de extinción han sido afectadas por actividades humanas directa y fatalmente. Estos números se vuelvan más preocupantes si se tiene en cuenta que solo se han evaluado el estado de conservación del 3% de las 1,7 millones de especies descritas. Y el panorama se vuelve peor, si consideramos que solo se ha descrito cerca del 10% de las especies que existen realmente sobre la Tierra. Dado que la mayor parte de especies se encuentran afectadas por los mismos factores que han causado la extinción o amenazado a las especies evaluadas, es factible estimar que un alto porcentaje de toda la biodiversidad del planeta Tierra está amenazada de extinción o ya ha desaparecido. (Para más información, leer: CSE–IUCN. 2008. El estado de las especies del mundo. Comisión de Supervivencia de Especies, International Union for Conservation of Nature. Cambridge, Reino Unido; y, IUCN. 2010. IUCN Red List of Threatened Species. Versión 2010.3. International Union for Conservation of Nature, Cambridge, Reino Unido).


    El 65% de los hábitats ribereños mundiales se encuentran en riesgo. En general ríos, lagunas y mares, así como la vida que depende de ellos, se encuentran en alto riesgo debido a la sobre-explotación de las aguas, la contaminación, la introducción de especies exóticas, y la sobrepesca

    Polución del río Ohio por John Alexandrowicz, 1973 (NARA), foto vía pingnews.com

    Cerca del 70% del agua extraída se utiliza de manera ineficiente en prácticas agrícolas (Vörösmarty et al. 2010; UNEP. 2006. Challenges to International Waters. Global International Waters Assessment, UNEP, Nairobi, Kenya). Más del 80% de las aguas servidas e industriales producidas en Ecuador, Perú y Chile son descargadas a los ríos y mares sin ningún tratamiento, lo que ha causado una extensa contaminación microbiana y química (UNEP 2006). Más del 20% de la producción pesquera mundial se origina en las costas de Ecuador, Perú y Chile; sin embargo, las numerosas plantas procesadoras de pescado que descargan sus desechos al mar causan eutrofización y anoxia, creando “zonas muertas”.
    La eutrofización es un proceso que inicia cuando se elevan las concentraciones de
    nutrientes en los sistemas acuáticos. Este incremento resulta de la sobre-aplicación de fertilizantes, la descarga de desechos domésticos, industriales, agrícolas y ganaderos, la combustión de combustibles fósiles y la movilización de nutrientes debido a la deforestación. Los nutrientes adicionales estimulan el crecimiento de algas y alteran el balance entre la producción y la descomposición de la materia orgánica. La explosión de algas provoca un enturbiamiento del agua que impide que la luz penetre y se bloquea el proceso de fotosíntesis (productor de oxígeno) pero aumenta el consumo de oxígeno por parte de los organismos descomponedores que empiezan a recibir los excedentes de materia orgánica producidos cerca de la superficie. En poco tiempo, el oxígeno se agota y el ambiente se vuelve anóxico (carente de oxígeno). La radical alteración del ambiente que suponen estos cambios hace inviable la existencia de la mayoría de especies que previamente formaban el ecosistema (UNEP 2006, Eutrofización. 2010. Wikipedia).
    Las zonas muertas en las costas marinas han aparecido exponencialmente desde la década de 1960. Hasta el año 2008 se reportaron más de 400 zonas muertas distribuidas en todos los océanos del planeta, que afectaban un área total de más de 245 mil kilómetros cuadrados (Díaz y Rosenberg 2008). En el 2007, el 52% de las reservas pesqueras marinas mundiales han sido completamente explotadas, el 19% están siendo sobreexplotadas y el 8% están agotadas (FAO. 2008. The state of world fisheries and aquaculture. FAO Fisheries and Aquaculture Department, Rome, Italy). El 70% de los arrecifes de coral del planeta se encuentran amenazados o ya han sido destruidos (IUCN 2010), principalmente debido al efecto de contaminantes, eutrofización, prácticas destructivas de pesca, y en especial, cambios climáticos que han producido el incremento de las temperaturas oceánicas superficiales causando el blanqueamiento de corales (UNEP 2006). Desde 1980 se han destruido el 20% de los manglares del planeta, principalmente con la creación de piscinas camaroneras y el relleno para reclamación de tierras (Spalding et al. 2010. World Atlas of Mangroves. ISME, ITTO, FAO, UNESCOMAB, UNEP-WCMC, UNU-INWEH. Earthscan Publications Ltd., Londres, Reino Unido).

    ----------o----------

    El texto de esta entrada fue publicado en el artículo: Cisneros-Heredia, D.F. (2010) Entre los medios de comunicación y la objetividad científica: Un tortuoso camino para la conservación de la biodiversidad. Polemika 2(5): 22-33. La revista Polemika es una publicación periódica editada por el Instituto de Economía de la Universidad San Francisco de Quito USFQ.