Los humanos comemos biodiversidad
La provisión mundial de alimentos depende de unas 150 especies de plantas. De ellas, 12 brindan tres cuartos del alimento consumido en el mundo (incluyendo entre otros, al maíz, el trigo, el arroz y las papas). La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación—FAO estima que existe casi un cuarto de millón de plantas disponibles para la agricultura. El potencial productivo de las áreas agrícolas donde cultivamos nuestros alimentos es protegido por la biodiversidad. Los ciclos tróficos de la biodiversidad permiten que las poblaciones de herbívoros sean controladas por los carnívoros. Si un desequilibrio ambiental provoca la extinción de predadores, como por ejemplo escarabajos mariquitas, sus presas empiezan a crecer exponencialmente, y si son plagas como los pulgones, pueden afectar significativamente a la industria agrícola produciendo grandes pérdidas económicas y una escasez de alimentos (Cardinale et al. 2002; Hooper et al. 2005).
Los humanos nos vestimos con biodiversidad
A pesar del desarrollo de fibras sintéticas, un alto porcentaje de humanos sigue usando vestimentas confeccionadas con textiles de origen natural. Cada año se produce cerca de 35 millones de toneladas de fibras naturales extraídas de una amplia gama de seres vivos (incl. ovejas, conejos, cabras, camellos, alpacas, gusanos de seda, cuero de vaca, algodón, abacá, coco, yute, lino; más información en Descubra las fibras naturales).
El Sauce Blanco Salix alba contiene ácido salicílico, predecesor de la aspirina |
Cerca del 50% de los compuestos farmacéuticos disponibles en el mercado se derivan de compuestos encontrados en seres vivos (Chivian y Bernstein. 2008. Sustaining Life: How Human Health Depends on Biodiversity; Grifo et al. 1997. The origins of prescription drugs, En: Grifo y Rosenthal (Eds.). Biodiversity and human health). La Organización Mundial de la Salud reportó que alrededor del 80% de la población mundial depende de medicinas derivadas de la biodiversidad para cuidar su salud (Chivian y Bernstein op. cit.; Grifo et al. op. cit.; Farnsworth et al. 1985). Solo una pequeña porción de la diversidad de seres vivos se ha investigado en relación a su potencial médico. En particular, los ambientes marinos tienen quizás el mayor repertorio de sustancias químicas con inmenso potencial como medicinas (Thoms y Schupp 2005).
Las industrias humanas dependen de la biodiversidad
Un sin fin de materiales usados en procesos industriales se derivan de recursos biológicos, incluyendo fibras, maderas, pigmentos, aceites, caucho, entre otros. A nivel mundial, la industria de la construcción es una de las que más recursos naturales utiliza, siendo responsable de cerca del 40% del flujo total de materias primas cada año (Business and Biodiversity Resource Center). Los avances tecnológicos basados en procesos biológicos, es decir biotecnología, han abierto un nuevo nicho en la industria que ha sido ampliamente aprovechado por industrias farmacéuticas (actualmente con más de 250 productos, incluyendo vacunas para enfermedades previamente incurables), industrias alimenticias (más de 13,3 millones de agroempresas alrededor del mundo usan procesos o derivados biotecnológicos para incrementar sus cultivos, evitar plagas y reducir su impacto ambiental) e industrias de producción energética y de biocombustibles (más de 50 biorefinerías ya se están construyendo en Estados Unidos); más información: Biotechnology Industry Organization.
En las raices de ciertas plantas se forman nódulos donde viven bacterias Rhizobium que fijan el nitrógeno en el suelo. |
El agua, el aire, el suelo y la energía son el resultado directo de procesos biológicos. El nitrógeno, compuesto indispensable para la fertilidad de los suelos, se fija en la tierra casi en su totalidad gracias a microorganismos, como las bacterias Rhizobia. El 20% del oxígeno que respiramos los humanos es producido por un pequeña cianobacteria llamada Prochlorococcus (Chisholm et al. 1992; Partensky et al. 1999). Esta cianobacteria es el ser vivo fotosintético más abundante del planeta, habita en los océanos con una concentración de más de 100 mil células por mililitro de agua de mar superficial. Cerca de 330 millones de hectáreas de bosques cumplen funciones de protección del agua y el suelo, control de avalanchas, estabilización de dunas de arena, control de la desertificación y protección de las costas (FAO 2010). Los bosques del planeta almacenan 289 gigatoneladas de carbono en su biomasa solamente. La deforestación, degradación, fragmentación y mal manejo de los bosques reducen su potencial. Entre 2005 y 2010, la destrucción de los bosques significó un decremento de 0,5 gigatoneladas de carbono almacenado en los bosques ((FAO 2010).
Las culturas y las sociedades humanas entrelazan su pasado, su presente y su futuro con la biodiversidad
Importantes valores sociales y culturales provistos por la biodiversidad han moldeado el desarrollo de las sociedades humanas; desde nuestros ancestros cazadores-recolectores hasta nuestras sociedades globalizadas actuales que usufructúan de recursos a nivel planetario. Junto a valores utilitarios directos, la biodiversidad nos entrega invaluables beneficios que afectan nuestra psiquis individual y nuestro comportamiento social: la disponibilidad de un ambiente saludable y agradable donde podamos vivir, donde desarrollemos actividades de recreación y que nos inspire espiritual y artísticamente. La impresionante diversidad de la naturaleza produce en los humanos sensaciones de paz, belleza, felicidad, asombro… ese también es un servicio que nos provee.
Para obtener una visión clara del papel e impacto que los humanos tenemos en nuestro mundo, es necesario objetivar nuestras apreciaciones, eliminando o limitando los paradigmas y sesgos que bloquean nuestra evaluación. Al hacer esto y ponernos en perspectiva, será fácil evidenciar que los humanos somos una importante fuerza global de cambio sobre todos los niveles de la biodiversidad. La ventaja es que podemos transformar esa fuerza en un cambio positivo y no solo destructivo. Es de vital importancia para la vida humana que internalicemos el lazo cercano y vital que tenemos con la biodiversidad, que entendamos cómo nuestras actividades afectan al sistema biodiverso planetario, que preveamos los efectos de nuestras actividades, evitemos causar daños irreversibles y mitiguemos los efectos ambientales negativos para la supervivencia de la biodiversidad y por ende de nuestra especie.
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El texto de esta entrada fue publicado en el artículo: Cisneros-Heredia, D.F. (2010) Entre los medios de comunicación y la objetividad científica: Un tortuoso camino para la conservación de la biodiversidad. Polemika 2(5): 22-33. La revista Polemika es una publicación periódica editada por el Instituto de Economía de la Universidad San Francisco de Quito USFQ.
Créditos de las fotografías: Mercado de Frutas por flydime; Campo de Algodón por David Nance; Saunce Blanco por MPF; Investigadora con Cultivo de Rosa por Scott Bauer; Nódulos de Rhizoboum por London Permaculture.
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