Los albinos y sus familias, como este madre con su hijo, viven en constante miedo. Fuente: Reuters. |
En momentos en que los humanos nos preciamos de ser la "especie racional" y diferente del resto de animales, esta noticia nos cae como un balde de agua fría revelando que podemos ser incluso peores que cualquier otro animal. Los humanos nos comemos los unos a los otros, somos presa fácil de nosotros mismos. Nuestra humanidad, nuestra libertad, nuestro raciocinio, nuestra capacidad de apreciar la vida y proyectarnos al futuro son fácilmente infectadas, contaminadas y eliminadas por creencias falsas, credos irracionales, dogmatismos y doctrinas.
El albinismo es una condición genética donde hay una ausencia de melanina, sustancia que da la pigmentación al cabello, los ojos y la piel, por lo que las personas aparecen muy pálidos. El albinismo solo es una más de las variaciones que podemos encontrar dentro de nuestra especie, parte de la diversidad que hoy en día nos hace Humanos. Es una condición relativamente rara, que ocurre en hombres y mujeres de cualquier grupo étnico. En Europa se estima que 1 de cada 20000 personas tiene alguna forma de albinismo. Pero en Tanzania, es cinco veces más común, con 1 en 4000 personas.
Las personas albinas en África son infamemente asesinadas y sus partes son usadas por hechiceros en pócimas que prometen transformar a una persona en millonaria al adivinar dónde se encuentran diamantes, y los pescadores tejen sus redes con cabellos albinos con la esperanza de aumentar su pesca. Los órganos de una persona albina son altamente cotizados en los mercados de tráfico de órganos, pudiendo alcanzar un valor de 70 a 90000 dólares. Las cuatro extremidades, los genitales, la lengua, la nariz y las orejas son los elementos más cotizados.
Desde 2007, casi 50 personas albinas han sido asesinadas en Tanzania y otras 14 en Burundi. Según un informe de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, al menos 10000 han sido desplazados de sus hogares o viven en la clandestinidad desde que comenzaron las matanzas. Lo peor es que no están seguros en ningún sitio. Un hombre de 52 años fue degollado en el jardín de su casa cuando comía con su esposa y una semana después un bebé de sólo siete meses fue arrancado de los brazos de sus padres para después ser cercenado a machetazos.
Nos preguntaremos, ¿qué persona puede matar a otra para hacer una pócima? La respuesta es: brujos que practican la medicina tradicional en regiones de África. En regiones donde los gobiernos y la misma sociedad poco han hecho para fomentar la educación basada en ciencias, permitiendo que cultos y religiones influyan y moldeen a una sociedad donde se asesina a las personas por su color de piel.