Las causas de la muerte del faraón Tutankamón han sido un misterio, pero un estudio del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto publicado este mes en el Journal of the American Medical Association, revela que Tutankamón murió precozmente a la edad de 19 años por complicaciones de una enfermedad ósea y malaria crónica. Más aún, los investigadores han utilizado varios métodos científicos, incluyendo el análisis de ADN de varias momias reales, para identificar a los otros miembros de la familia real, incluyendo al padre y la madre de Tutankamón.
Tutankamón, cuyo nombre significa "imagen viva del dios Sol", no fue un faraón notable ni conocido en épocas antiguas. El tamaño relativamente pequeño de su tumba fue la razón de que no fuera descubierta sino hasta el siglo XX. Sin embargo, cuando el arqueólogo británico Howard Carter la encontró intacta en 1922, su descubrimiento y los tesoros encontrados en ella tuvieron cobertura mundial en la prensa y renovaron el interés del público por el Antiguo Egipto, convirtiéndose la máscara funeraria del faraón en la imagen más popular. El hallazgo de su tumba, casi intacta, supuso una aportación fundamental para la comprensión de la historia y cultura egipcia. Posibilitó sacar a la luz una cantidad apreciable de joyas, muebles, armas y variados utensilios, aportando una información fundamental que permitió ampliar el conocimiento de la civilización egipcia.
Entre los años 1550 y 1295 antes de nuestra era, la decimo-octava dinastía del Reino Nuevo fue una de las más poderosas casas reales del antiguo Egipto e incluyó el reinado de Tutankamón, cuyo mandato fue corto. Murió en el noveno año de su reinado, hacia el 1324 antes de nuestra era, a los 19 años. Debido a su precoz muerte y a que no dejó herederos se han realizado múltiples especulaciones sobre la causa de su muerte, incluyendo teorías como septicemia, embolia tras una fractura de fémur, asesinato por un golpe en la parte trasera de la cabeza, envenenamiento, o enfermedades que podrían haberse dado en su familia de manera hereditaria. Las pinturas y esculturas descubiertas muestran al faraón y a su familia con una apariencia en algún sentido feminizada o andrógina. Por esta razón, algunos científicos habían sugerido que la familia real sufría de enfermedades como la ginecomastia, un desarrollo excesivo de las mamas en los varones resultado de un desequilibrio hormonal, el síndrome de Marfán y otros. Sin embargo, estudios de este tipo no habían sido posibles pues la identificación de varias momias reales de esta época no se ha logrado por lo que se desconocía la relación exacta entre algunos miembros de la familia real.
Cuando los investigadores evaluaron las momias de la familia real, en efecto descubrieron una acumulación de malformaciones en la familia de Tutankamón. Se diagnosticaron varias patologías, incluyendo un trastorno óseo denominado enfermedad de Kohler en Tutankamón, aunque ninguna por si misma causó la muerte. La evaluación genética de los genes específicos STEVOR, AMA1 y MSP1 revelaron que 4 de las momias, incluyendo la de Tutankamón, estaban contagiadas con el parásito que causa la malaria, llamado Plasmodium falciparum. Los resultados sugieren que la muerte de Tutankamón se debió a necrosis ósea avascular, un trastorno en el que existe un mal suministro sanguíneo a los huesos que lleva al debilitamiento o destrucción de un área ósea, junto con una infección de malaria crónica.
Los efectos de la necrosis y la malaria de Tutankamón aquejaban al faraón en vida, lo cual se puede evidenciar por el descubrimiento de una completa farmacia para la otra vida en su tumba, junto a bastones y sillas. Los investigadores apuntan que una repentina fractura de su pierna, posiblemente por una caída, podría haber dado lugar a una afección letal cuando se produjo la infección por malaria.
Los científicos, dirigidos por Zahi Hawas, director del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto, realizaron un estudio para determinar las relaciones familiares entre 11 momias reales del Reino Nuevo y buscar características patológicas atribuibles a trastornos hereditarios, enfermedades infecciosas y relaciones sanguíneas. Las momias reales pasaron por detallados estudios antropológicos, radiológicos y genéticos. Además de Tutankamón, se eligieron 10 momias que posiblemente o con seguridad estaban relacionadas de alguna forma con el rey, de las que se conocía la identidad de tres. Además, se incluyó a otros cinco individuos reales de inicios del Reino Nuevo que eran distintos del linaje de Tutankamón. La mayoría de estas 5 momias se utilizaron como un grupo control morfológico y genético. Las huellas genéticas permitieron la construcción de un pedigrí de 5 generaciones del linaje inmediato de Tutankamón.
Los estudios permitieron finalmente conocer la identidad de varias momias anónimas, entre ellas se pudo identificar a Tiye, madre del faraón Akenatón y abuela de Tutankamón, a Nebetah, madre de Tutankamón, y al propio Akenatón, padre de Tutankamón, y uno de los faraones más misteriosos del Antiguo Egipto. Este linaje real se apoya en varias características antropológicas únicas compartidas por las momias y que su grupo sanguíneo es idéntico.
Los investigadores no descubrieron signos de ginecomastia o síndrome de Marfán. Por ello, los autores señalan que la presentación artística particular de las personas en el periodo del reinado de Akenatón, padre de Tutankamón, se debió probablemente a un estilo decretado oficialmente para la realeza y asociado a las reformas religiosas que Akenatón instauró en Egipto. Tutankamón y Akenatón en realidad no mostraban un físico andrógino y las representaciones artísticas de la familia real con dichos cuerpos seguramente se debe a que los antiguos reyes egipcios solían tenerse a sí mismos y a sus familiares representados de una forma idealizada, para diferenciarse del pueblo común.
Imágenes: Wikimedia Commons; desde arriba hacia abajo: Mascara funeraria de Tutankamón, por Bjørn Christian Tørrissen (http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Tuthankhamun_Egyptian_Museum.jpg); Howard Carter abriendo el sarcófaco interno de Tutankamón, por The Times (http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Tuts_Tomb_Opened.JPG); Tutankamón, por Karl Richard Lepsius (http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Lepsius_tut.JPG); pendiente de Tutankamón, por Jon Bodsworth (http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Tutanhkamun_pendant_with_Wadjet.jpg).
Este artículo fue transmitido en la Radio Urbana 106.9 FM como parte del segmento "Ojo Científico" del programa Dimensión Urbana.
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by DF Cisneros-Heredia
¡Porque en la diversidad está el gusto!
Conocimiento, ciencia, vida, conservación, comunicación, educación, libertad.
Muy Bueno Tu Informe.con Claridad.Sigue así.
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